jueves, 5 de noviembre de 2009

Aviles- cementerio de la carriona y chalet de Maribona

CEMENTERIO DE LA CARRIONA-AVILES-
El extraño caso del niño del cementerio de La Carriona. El 18 de abril de 1917 tres niños de unos ocho años -Manuel Torres, Ángel Ovies y Agustín García Sánchez- jugaban en la plaza de la iglesia de La Magdalena cuando se les acercó un hombre de gran estatura, con una pequeña cicatriz en la cara y vestido con alpargatas encarnadas y una chaqueta color café. Les preguntó por la Suiza Española (una fábrica de lácteos de la época) y Manuel Torres -Manolín- fue el único que accedió a irse con el forastero. No sabía que se trataba de Ramón Cuervo, un indiano tuberculoso que había llegado del concejo de Llanera y que pasó a la historia del crimen como el último de los sacamantecas españoles. El niño fue hallado al día siguiente con la garganta abierta y desangrado en el monte de La Arabuya y ahora, casi un siglo después, se le relaciona con una serie de apariciones supuestamente registradas en el cementerio avilesino de La Carriona, donde está enterrado. «Hay muchos testimonios que cuentan que se les ha aparecido un niño que, en actitud desorientada, pide ayuda para encontrar a sus padres. Después desaparece y no le vuelven a ver», 
EL CHALET DE MARIBONA- AVILES-
 Psicofonías en el chalet de Maribona. El caserón indiano en ruinas situado en el barrio avilesino de Villalegre es el protagonista de un sinfín de leyendas urbanas ligadas a lo misterioso. Los miembros de Gaipo estuvieron en la casa para saber si hay algo de cierto entre las historias que corren de boca en boca. «Muchos dicen que está maldito, que se ven luces por las noches y que se escuchan ruidos extraños, pero nuestro trabajo es tratar de constatar de forma fiable cada suceso y podemos decir que muchos de ellos son atribuibles a personas, aunque otros no tanto», explicó Madrazo. Armados con las últimas tecnologías audiovisuales (cámaras de infrarrojos, grabadoras de sonido especializadas, circuitos cerrados de televisión...) y después de haber realizado un minucioso estudio histórico sobre el caserón -apoyándose en los testimonios de los descendientes de la familia Maribona- Madrazo y su equipo grabaron psicofonías que ponen los pelos de punta y que ellos relacionan con los extraños incendios que se han producido en el caserón a lo largo de su historia. En las grabaciones se recogen frases quejosas con mensajes del tipo «fue provocado», «tomad» o «atemporal», una voz que suele indicar «que alguien está en una especie de purgatorio».